MAGIA Y COLOR EN LA XIII FERIA DE LA ESFERA DE TLALPUJAHUA

Enrique Perez-H. By Enrique Perez-H. | giugno 17, 2013 | Mexico

La creatividad y manos mágicas de los artesanos michoacanos están presenten en la XIII Feria de la Esfera de Tlalpujahua, que se desarrolla en el pintoresco Pueblo Mágico, entrada al oriente michoacano

La Feria de la Esfera se convierte en el escaparate idóneo para que los visitantes puedan apreciar y adquirir estos tradicionales y multicolores adornos navideños de vidrio soplado, en cientos de formas y diseños, esferas lisas, mate, decoradas o diamantadas, donde los artífices plasman su imaginación.

En cualquiera de los 180 stands, instalados en el Auditorio Municipal, en un horario de 10:00 a 19:00 horas, el visitante puede encontrar tanto las tradicionales esferas redondas, como las más variadas figuras, de todos los colores y tamaños, que incluyen espirales, estrellas, caramelos, campanas, Nochebuenas, muñecos de nieve, pinos, Santa Claus, soldados, ángeles, frutas, sólo por mencionar algunas.

La esfera, uno de los elementos imprescindibles en la decoración navideña mexicana es elaborada de manera totalmente artesanal y desde el año 2009 la esfera de Tlalpujahua cuenta con la Marca Colectiva Región de Origen a la que se han inscrito decenas de talleres, cuyo personal ha sido certificado en su oficio.

El proceso de fabricación es todo un arte, que maravilla a quienes lo pueden observar y consiste en que el artesano calienta con sopletes un tubo de vidrio, el cual a base del calor se suaviza para poder moldearlo soplando por un extremo para que del otro lado vaya brotando la burbuja de cristal hasta que alcance la forma y tamaño deseado.

Posteriormente, el esferero espera a que se enfríen los globos o figuras de cristal y se llevan al baño de pintura, se platea o metaliza la pieza, para finalmente pasar a la etapa de decoración a mano, en donde cada burbuja toma la personalidad única que le imprima el artesano, mediante un diseño a base de anilinas, pinturas o diamantinas. El detalle último es el corte de la pata y la colocación del casquillo para que se puedan colgar del árbol de navidad.

 

Esfera, motor de la economía

La manufactura de esferas es la base de la economía de la localidad, enclavada cerca de la Reserva de la Biosfera de la Monarca. Al paso de los años Tlalpujahua,  se mantiene como uno de los cinco sitios más importantes en Latinoamérica en la fabricación de este producto artesanal  navideño.

La producción de esferas es la principal fuente de empleo en el municipio, en donde en promedio 150 talleres artesanales producen alrededor de 100 millones de piezas al año, de las cuales más del 60 por ciento se exporta a diferentes países, tanto en EU y Canadá como en Europa y Sudamérica.

Además la esfera no sólo es un negocio por su venta, sino también se ha convertido en una atracción turística, que atrae a más de 30 mil personas por año a visitar Tlalpujahua, lo que favorece la economía de todo el pueblo.

Y es que muchos visitantes van al Pueblo Mágico en busca de esferas de vidrio soplado y se encuentran con que ahí también transforman la cantera en verdaderas obras de arte y pueden encontrar piezas de cerámica a media y alta temperatura; orfebrería en plata; herrería artística; farolería artística en latón; muebles rústicos y coloniales, tallados y decorados; industria de sacapuntas y textil; arte plumario (casi extinto), popotillo, acuarela y óleo.

Décadas de tradición

Pionero de la industria en Michoacán,  Joaquín Muñoz Orta emigró a Estados Unidos y en Chicago se familiarizó con la fabricación de árboles de navidad. Ya de regreso a su tierra natal Tlalpujahua, con su esposa, María Elena Ruíz, empezaron a fabricar esferas de navidad.

En 1964 montaron un pequeño taller de esferas en su casa y en 1965 nace la empresa más importante del ramo, “Adornos Navideños” que se ha posicionado como la más grande de toda Latinoamérica, pues da trabajo a más de un millar de personas que elaboran alrededor de 40 millones de esferas al año, de las cuales 26 millones se destinan a la exportación, mientras que el resto se comercializa en el país.

De ahí, surgieron cinco fábricas y más de 180 talleres familiares de los cuales dependen alrededor de tres mil personas de manera  directa.

Alrededor de las esferas ha florecido en Tlalpujahua, toda una industria en la labor de adornos navideños de alta calidad y belleza, pero aún cuando a través de otras ramas artesanales también produce trabajos de exportación, el municipio guarda el más puro sabor de la vida en provincia, la magia de un pintoresco Pueblo Mágico de origen minero, rodeado de hermosos paisajes, dignos de visitar.

 

 

 

El sabor de la provincia

Parte de la riqueza de Tlalpujahua es su gente, que guarda con celo las leyendas de los días de faena en las minas. Incluso en el museo dedicado a la minería hay fotografías en donde se observan “mineros fantasmas”: rostros transparentes integrados al grupo de trabajadores que posó frente al túnel principal.

En Tlalpujahua el visitante requeriría por lo menos de dos días para poder visitar los principales talleres artesanales y los atractivos del lugar, entre los que destacan el templo de Nuestra Señora del Carmen, de extraordinaria belleza por el la manufactura de su ornamentación y colorido, donde sobresalen arreglos florales a manera de gigantescos medallones, además de impresionantes detalles en forma de colgantes encajes que hacen pensar que los muros y bóvedas están hechos en finas telas con mullidos rellenos.

Tlalpujahua cuenta apenas con una decena de hoteles. Su característica principal es que tienen pocas habitaciones y los propietarios habitan en el lugar, de tal forma que el visitante tiene oportunidad de convivir con la gente de Tlalpujahua en un ambiente familiar, compartiendo en el comedor o en la sala. Algunos incluso desayunan confiadamente en pijamas.  

La Mina Dos Estrellas

En este sitio, actualmente abierto al público, el visitante puede observar los objetos cotidianos de los trabajadores mineros y el recorrido reviste especial atractivo porque entre los guías aun se cuenta con quienes en otro momento laboraron en el lugar.

Con su lenguaje sencillo describen el uso e importancia de cada uno de los objetos e instalaciones del lugar, así como la experiencia personal del lugar que con nostalgia actualmente desempolva un grupo de jubilados ex mineros.

Dice el artista, museógrafo, guía e hijo de minero, Gustavo Bernal Navarro que no se permitía el acceso de mujeres a las minas porque “la mina también es hembra y es celosa, solo le da su riqueza a los hombres”.

Habla también de la muerte de los mineros: la silicosis, de su explotación y pobreza y explica que no se cobra la entrada a la mina porque “el arte no se puede cobrar” y poner un precio implica el riesgo de negar el acceso a la gente pobre como los mineros que trabajaron en Las Dos Estrellas.

¿Cómo llegar a Tlalpujahua?

Tlalpujahua se encuentra a 138 km al este de Morelia. Para llegar, es necesario tomar la autopista núm. 15 con rumbo a Maravatío y ahí tomar la carretera estatal que lo conduce a la población.


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