Con el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a través de su representación en Hidalgo, y el apoyo de la Diócesis de Tula, la arqueóloga estadounidense Shannon Dugan Iverson localizó tales evidencias, como parte de una investigación que realiza sobre los sitios franciscanos tempranos de la región.
La especialista de la Universidad de Texas, en Austin, dirige una excavación en esta parte del también ex convento, a fin de recabar datos relacionados con la secuencia estratigráfica y arquitectónica que se pudo suscitar en el lugar.
La evidencia material encontrada después de dos meses de excavación, informó la maestra Shannon Dugan, señala una ocupación similar a la reportada en otra construcción franciscana temprana, la capilla abierta que se localiza dentro de la Zona Arqueológica de Tula.
“En el atrio de la Catedral de San José hemos identificado el mismo patrón que en dicha capilla, el cual consiste en la evidencia de edificios con rasgos toltecas, que datan de 900 a 1000 d.C., que fueron modificados un par de siglos después por los mexicas. A su vez, encima de estos últimos vestigios se hallan restos de estructuras coloniales”, expresó.
Entre ambas edificaciones median aproximadamente 83 metros de distancia, y de acuerdo con la información histórica, la catedral comenzó a edificarse hacia 1550, 20 años después que la capilla abierta.
En uno de los dos pozos excavados (de 6 x 2 m, y menos de 1 m de profundidad) se han detectado una serie de alineaciones con piedra bola de basalto y bloques de tepetate que podrían corresponder con una estructura colonial de las primeras décadas del siglo XVI. Pequeñas concentraciones de fragmentos de cerámica mayólica y de aceiteras, asociados a los cimientos, fueron importantes para datar de manera preliminar este hallazgo.
En la otra excavación —la cual también mide 6 x 2 m, pero su profundidad es mayor a 1.5 m—, en un contexto intrusivo de desperdicios constructivos de época colonial, se encontró una moneda con denominación de un real.
Seguido de esta capa de materiales coloniales —que es la más superficial— están los vestigios de la ocupación mexica.
En la excavación más profunda se aprecia un sistema de relleno que corresponde a los cajones que conforman una plataforma, la cual fue erigida sobre las construcciones de época tolteca.
El contexto arqueológico también ha permitido confirmar que la región fue abandonada en periodo tolteca y se reocupó durante la expansión mexica. Los materiales de esta etapa son del tipo Azteca III y IV (1350-1521), es decir, tardíos y próximos al momento en el que se dio el contacto con los españoles.
“La falta de mayores concentraciones de mayólica junto con la alta cantidad de cerámica azteca, además de navajillas prismáticas de obsidiana y figurillas antropomorfas, nos refiere que el cambio en la cultura material de la región fue gradual una vez consumada la Conquista”, dijo Shannon Dugan.
Como parte de esta labor arqueológica también se registró evidencia de la primera etapa de ocupación en el sitio, es decir, de la época tolteca (900-1100 d.C.). Se trata de restos de muros secos (elaborados sin uso de mortero o mezcla) en grandes tepetates.
Sin embargo, concluyó la arqueóloga Dugan, se requerirá una exploración más amplia para determinar si existió un complejo ceremonial en el área de la Catedral de San José, en Tula, durante la época prehispánica.